El fin de la eternidad


El fin de la eternidad
Isaac Asimov
320 páginas

Este libro trata sobre los Eternos, una organización que tiene la capacidad de viajar en el tiempo y se encarga de velar por la seguridad de la civilización humana, eliminando todo aquello que pudiera poner en peligro su supervivencia (guerras nucleares, inventos peligrosos...). Si te lo lees esperando el asesinato de Hitler acabarás decepcionado, está prohibido modificar los años anteriores al descubrimiento de los viajes en el tiempo.
El protagonista, Andrew Harlan, es un ejecutor, que son los que se encargan de realizar las modificaciones temporales allí donde sea necesario, ya sea matando a alguien o moviendo una cosa a otra estantería. Es en una de estas modificaciones cuando se enamora de una mujer y empieza a infringir normas para mantenerla a salvo.


El libro me ha gustado. La historia es buena y se mantiene interesante con algunos giros argumentales inesperados, aunque en alguna ocasión se abusa de la ocultación de información, en plan, de repente el protagonista se da cuenta de algo muy importante y se pasa los siguientes tres capítulos repitiendo lo importante que es esto que ha descubierto sin llegar a revelarlo hasta que la información es necesaria. Es un poco molesto estar en la cabeza de Andrew todo el rato menos en los momentos importantes, pero de todas formas es algo sin demasiada importancia y la verdad es que funciona (yo no he podido dejar el libro hasta acabarlo).

De todas maneras lo que más me ha gustado de esta novela son los viajes en el tiempo y las consecuencias de estar cambiando constantemente el pasado. La descripción que hace es muy precisa y fácil de entender, si bien es cierto que en ocasiones abusa de las conversaciones entre los personajes para explicarlo todo.
Queda un poco raro que dos personas que llevan viajando en el tiempo desde hace años empiecen a comentar conceptos que ya saben, como si tu compañero de trabajo te empezara a explicar en que consiste tu trabajo después de haber estado haciéndolo durante años, no digo que no pueda pasar (hay gente rara), pero no es lo habitual. Asimov lo justifica diciendo que uno de los dos está nervioso y quiere hablar de cualquier cosa o está distraído y cosas así. En el fondo las conversaciones son una buena solución que permite que te enteres de como funciona todo sin tener que leer grandes tochos con explicaciones teóricas, pero queda raro.

Lo mejor del libro es, sin duda, el final, donde todo confluye y se presentan ideas muy interesantes y dignas de discusión, pero claro, si las comentara esto estaría lleno de spoilers, así que voy a dejarlo aquí. Aunque si quiero destacar una:

Me ha encantado la crítica que hace de la justificación de los Eternos de que los ordenadores son los que deciden, insinuando que así las decisiones son racionales y científicas, Asimov responde que estas decisiones no son más que una manifestación de los prejuicios de los Eternos, pues son ellos los que establecen los parámetros sobre los que los ordenadores decidirán. No se porqué, pero la idea me ha llegado.

En resumen, El fin de la eternidad es un libro que disfrutareis mucho y que os hará pensar si de verdad es tan buena idea volver para matar a Hitler.

8,5/10




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